ANTICRISTO

Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo. Daniel 7:25

Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. 2 Tesalonicenses 2:3-4

Hijitos, ya es el último tiempo; y según ustedes oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. 1 Juan 2:18

Y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella? También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. Apocalipsis 13:4-7

Porque en los últimos tiempos abundarán los falsos profetas y los corruptores, y las ovejas se transformarán en lobos, y el amor se cambiará en odio. Habiendo aumentado la iniquidad, crecerá el odio de unos contra otros, se perseguirán mutuamente y se entregarán unos a otros. Entonces es cuando el seductor del mundo hará su aparición y titulándose el Hijo de Dios, hará señales y prodigios; la tierra le será entregada y cometerá tales maldades como no han sido vistas desde el principio. Los humanos serán sometidos a la prueba del fuego; muchos perecerán escandalizados; pero los que perseverarán en la fe, serán salvos de esta maldición. Didaché (80-140 d.C.)

(Cristo) vendrá de los cielos con gloria cuando el hombre de la apostasía, el cual habla cosas extrañas contra el Altísimo, se atreverá a llevar a cabo hechos ilícitos en la tierra contra los cristianos. Justino Mártir (160 d.C.)

Y no sólo por lo que hemos dicho, sino también por lo que sucederá bajo el poder del Anticristo, se prueba que el diablo, siendo apóstata y ladrón, quiere ser adorado como Dios; y se quiere proclamar rey, siendo un siervo. Porque él, recibiendo todo el poder del diablo, vendrá no como rey justo o legítimo sujeto a Dios, sino como impío, injusto y sin ley, como apóstata, inicuo y homicida, como un ladrón que recapitulará en sí la apostasía del diablo. Ireneo (180 d.C.)

En seguida habla de su escudero, al que llama falso profeta: “Hablaba como un dragón. Ejercía todo el poder de la primera bestia en su presencia. Y obligó a la tierra y a cuantos en ella habitan a adorar la primera bestia, cuya herida mortal está curada. Y realiza grandes prodigios, como hacer bajar fuego del cielo a la tierra, en presencia de los seres humanos. Y seducirá a los habitantes de la tierra.” Dice estas últimas palabras a fin de que nadie vaya a creer que lo hace por poder divino, sino por obra de magia. Ni haya quien se admire de que, por medio de los demonios y espíritus apóstatas que le sirven, realice signos para seducir a los habitantes de la tierra. “Y ordenará que se fabrique un ídolo de la bestia, y dará la vida a este ídolo para que hable, y mandará matar a cuantos no lo adoren. Igualmente mandó marcar un tatuaje en la frente y en la mano derecha, para que nadie más pudiera comprar o vender, sino quien tiene la marca de la bestia y la cifra de su nombre: y esa cifra es seicientos sesenta y seis,” es decir, seis centenas, seis decenas y seis unidades, para recapitular toda su apostasía que se ha fabricado durante seis mil años. Ireneo (180 d.C.)

Por todo lo anterior, la bestia que ha de venir recapitulará en sí toda la iniquidad y todo crimen a fin de que, agrupando y encerrando en ella toda la fuerza de la apostasía, sea en ella arrojada al horno de fuego. Con razón su nombre llevará la cifra 666, la cual sintetiza toda la malicia anterior al diluvio, toda la mezcla de males que provocó la apostasía de los ángeles. Noé tenía seiscientos años cuando el diluvio cayó sobre la tierra y aniquiló todos los seres vivientes sobre la tierra, por la perversidad de la generación en tiempos de Noé. Esa apostasía sintetiza todos los errores e idolatrías cometidos desde el diluvio, el asesinato de los profetas y los suplicios infligidos a los justos. El ídolo que Nabucodonosor erigió era de sesenta codos de alto y seis de ancho, y por negarse a adorarlo, Ananías, Azarías y Misael fueron arrojados al horno de fuego, prueba que sirvió como profecía de lo que sucederá al fin de los tiempos, cuando los justos sufrirán la prueba del fuego: pues dicho ídolo fue el preanuncio de la llegada de aquel que ordenará a todos los hombres adorarlo sólo a él. Así, pues, los seiscientos años de Noé, en cuyo tiempo cayó el diluvio por motivo de la apostasía, y el número de codos del ídolo por motivo del cual los justos fueron arrojados al horno de fuego, forman la cifra del nombre en el cual se sintetizan seis mil años de toda apostasía, injusticia, maldad, falsa profecía, por los cuales descenderá también un diluvio de fuego. Ireneo (180 d.C.)

(En el reino del Anticristo) lleno de astucia, se exaltará contra los que sirven a Dios, él deseará afligirlos y perseguirlos en este mundo, pues ellos no le darán gloria. Él mandará que en todo lugar todo el mundo establezca lugares de sacrificio para que ninguno de los santos pueda comprar ni vender sin primero sacrificar. Esto es lo que quiere decir recibir la marca en la mano dercha. Y la frase “en la frente,” indica que a todos ellos se les pondrá una corona de fuego y de muerte, mas no de vida. Hipólito (200 d.C.)

El Anticristo no conocerá la vergüenza, será un belicista y un déspota. Y exaltándose a sí mismo sobre todos los reyes y dioses, construirá la ciudad de Jerusalén y restaurará el santuario. Hipólito (200 d.C.)

El engañador busca asemejarse en todo al Hijo de Dios… Cristo es un rey; por tanto, el Anticristo también es un rey. El Salvador apareció como cordero; por tanto, aquél también aparecerá como cordero, aunque por dentro es un lobo. El Salvador vino al mundo en la circuncisión, y el Anticristo vendrá de la misma manera. El Señor envió apóstoles por todas las naciones, y aquél del mismo modo enviará falsos apóstoles… El Salvador levantó y mostró su carne santa como un templo, y aquél levantará un templo de piedra en Jerusalén. Hipólito (200 d.C.)

Él dice: “Dan es un cachorro de león” (Deuteronomio 33:22). Y al nombrar la tribu de Dan, claramente declaró que de la tribu de Dan nacería el Anticristo. Así como Cristo vino de la tribu de Judá, el Anticristo ha de venir de la tribu de Dan. Hipólito (200 d.C.)

“Después de sesenta y dos semanas los tiempos serán cumplidos, y por una semana hará un pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda.”… Pues cuando las sesenta y dos semanas terminen y Cristo haya venido y el evangelio haya sido predicado en todo lugar, serán entonces cumplidos los tiempos. Luego, quedará sólo una semana, la última, en la que Elías y Enoc harán su aparición. Y a la mitad de la semana, la abominación desoladora se manifestará. Éste es el Anticristo que anuncia desolación al mundo. Y cuando éste venga, el sacrificio y la ofrenda cesarán, los cuales son ofrecidos a Dios por las naciones en todo lugar. Hipólito (205 d.C.)

“Por un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo.” Por esto él indica los tres años y medio del Anticristo. Hipólito (205 d.C.)

Otra necesidad hay más apretada que obliga a rogar por los emperadores, por el estado del imperio y sus prósperos sucesos. Sabemos los cristianos por la Escritura que en el fin del mundo, al Imperio romano le ha de suceder el tirano del Anticristo, a cuya cláusula amenazan tan amargas calamidades, que por la suma violencia de la persecución han de peligrar muchos en la fe; y así rogamos que este imperio dure para que aquel tiempo se retarde, y no caigamos nosotros en el peligro de aquella tentación. Así, pues, mientras rogamos que aquel día se retarde, por no hacer en el peligro experiencia, favorecemos esta duración, y a este imperio lo prolongamos mientras a aquél lo detenemos. Tertuliano (197 d.C.)

Queridos hermanos, ninguno de ustedes se atemorice por la persecución futura o la amenaza del Anticristo y así no sea hallado listo por los preceptos y las exhortaciones del evangelio y las advertencias del cielo. Pero sobre él, también vendrá Cristo. Cipriano (250 d.C.)

El anticristo viene como hombre. Isaías dice: “Este es el hombre que perturba toda la tierra, y que causa molestia a los reyes y que deja el mundo hecho un desierto.” Cipriano (250 d.C.)

Pero el rey… también será un profeta de mentiras. Él se constituirá y se llamará a sí mismo Dios y dará una orden para que lo adoren como al Hijo de Dios. Y le será dado poder para hacer señales y maravillas, con lo que seducirá a los hombres a adorarlo… Entonces intentará destruir el templo de Dios y perseguirá a los justos. Habrá angustia y tribulación como nunca lo ha habido desde el principio del mundo. Todos aquellos que crean en él y se unan a él, serán marcados por él como ovejas. Pero aquellos que rehúsan su marca, huirán a las montañas o, siendo atrapados, serán llevados a la muerte por medio de torturas lentas y minuciosas… Le será dado poder para desolar toda la tierra por cuarenta y dos meses… Cuando estas cosas sucedan, los justos y los seguidores de la verdad se apartarán del malvado y huirán a lugares solitarios. Y cuando el rey impío oiga esto, inflamado de ira, vendrá con un gran ejército y reuniendo todas sus fuerzas, rodeará todo monte en que puedan encontrarse los justos, para apoderarse de ellos. Pero ellos… clamarán a Dios con voz fuerte… y Dios los oirá y enviará desde el cielo al Gran Rey para rescatarlos y librarlos de aquellos. Y destruirá toda la maldad con fuego y espada… Cristo descenderá con una compañía de ángeles en medio de la tierra, y un fuego inextinguible irá tras Él… Después que todas sus fuerzas hayan sido destruidas, el malvado escapará solo, y su poder perecerá con él. Éste es aquel que es llamado Anticristo. Sin embargo, falsamente se llamará a sí mismo Cristo y peleará contra la verdad. Lactancio (304-313 d.C.)

VER TAMBIÉN APOCALIPSIS; GRAN TRIBULACIÓN; ÚLTIMOS DÍAS

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