CANON DEL NUEVO TESTAMENTO
La autenticidad de nuestro Nuevo Testamento tiene su fundamento en la integridad de los primeros cristianos. Los líderes de la iglesia primitiva reunieron, preservaron, y probaron la autenticidad de los escritos que nosotros ahora llamamos el Nuevo Testamento.
Respecto a Marcos, el que escribió el evangelio: Y el anciano dijo esto también: Marcos, habiendo pasado a ser el intérprete de Pedro, escribió exactamente todo lo que recordaba, sin embargo no registrándolo en el orden que había sido hecho por Cristo. Porque él ni oyó al Señor ni le siguió; pero después, como he dicho, (ayudó) a Pedro, el cual adaptó sus instrucciones a las necesidades (de sus oyentes), pero no tenía intención de dar un relato conexo de las palabras del Señor. Papías (120 d.C.)
Mateo, (que predicó) a los hebreos en su propia lengua, también puso por escrito el evangelio, cuando Pedro y Pablo evangelizaban y fundaban la iglesia. Una vez que éstos murieron, Marcos, discípulo e intérprete de Pedro, también nos transmitió por escrito la predicación de Pedro. Igualmente Lucas, seguidor de Pablo, consignó en un libro el evangelio que éste predicaba. Por fin Juan, el discípulo del Señor que se había recostado sobre su pecho, redactó el evangelio cuando residía en Efeso. Ireneo (180 d.C.)
Y si alguien investiga con cuidado en los Hechos de los apóstoles la época a la que Pablo se refiere cuando escribe “subí a Jerusalén” por el problema antedicho, verá que los años corresponden con precisión a los que Pablo ha señalado. Así pues, la predicación de Pablo y el testimonio de Lucas concuerdan y son prácticamente los mismos… Lucas narra por orden todo lo que llevó a cabo con Pablo, indicando con toda diligencia los lugares, ciudades y número de días, hasta que subieron a Jerusalén… Lucas estuvo presente en todo y lo redactó minuciosamente, a fin de que nadie lo juzgue un mentiroso o arrogante, pues todos estos hechos eran conocidos, y él es más antiguo que todos aquellos que andan diciendo que ignoraba la verdad. Ireneo (180 d.C.)
Es esta autoridad de las iglesias apostólicas la que garantiza los demás evangelios que nos han llegado a través de ellas y según la interpretación de ellas, a saber, el de Juan, el de Mateo, y el que publicó Marcos, aunque se dice que es de Pedro, de quien Marcos era intérprete, y el que compuso Lucas, cuyo contenido se atribuye a Pablo. Tertuliano (197 d.C.)
Veamos cuál es la leche que los corintios bebieron del apóstol Pablo, según qué principios fueron reprendidos los gálatas, qué se escribió a los filipenses, a los tesalonicenses, a los efesios, qué es lo que los romanos oyen directamente, a los que tanto Pedro como Pablo les dejaron el evangelio sellado con su propia sangre. Tenemos también las iglesias que se alimentaron de Juan: porque, aunque Marción (un maestro entre los herejes) rechaza su Apocalipsis, si recorremos la sucesión de los obispos hasta su origen terminaremos en Juan, su autor. Tertuliano (197 d.C.)
El apóstol escribe: “Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos del falsamente llamado conocimiento.”… Convictos por este enunciado, los herejes rechazan las epístolas a Timoteo. Clemente de Alejandría (195 d.C.)
Los Hechos de los apóstoles también atestiguan la resurrección. (Tertuliano 210 d.C.)
Pero la carta de Judas y las dos escritas con el nombre de Juan han sido aceptadas en la [iglesia] universal; la Sabiduría también, escrita por los amigos de Salomón en su honor. El Apocalipsis de Juan también recibimos. Fragmentos de muratori (200 d.C.)
Después de la ascensión de Cristo, Lucas el médico, el cual Pablo había llevado consigo como experto jurídico, escribió en su propio nombre concordando con la opinión de [Pablo]. Sin embargo, él mismo nunca vio al Señor en la carne y, por lo tanto, según pudo seguir... empezó a contarlo desde el nacimiento de Juan. Fragmentos de muratori (200 d.C.)
El cuarto evangelio es de Juan, uno de los discípulos. Fragmentos de muratori (200 d.C.)
Los Hechos de todos los apóstoles han sido escritos en un libro. Dirigiéndose al excelentísimo Teófilo, Lucas incluye una por una las cosas que fueron hechas delante de sus propios ojos, lo que él muestra claramente al omitir la pasión de Pedro, y también la salida de Pablo al partir de la ciudad para España. Fragmentos de muratori (200 d.C.)
En cuanto a las cartas de Pablo, ellas mismas muestran a los que deseen entender desde qué lugar y con cuál fin fueron escritas. En primer lugar [escribió] a los Corintios prohibiendo divisiones y herejías; luego a los Gálatas [prohibiendo] la circuncisión; a los Romanos escribió extensamente acerca del orden de las escrituras y también insistiendo que Cristo fuese el tema central de éstas. Nos es necesario dar un informe bien argumentado de todos éstos ya que el bendito apóstol Pablo mismo, siguiendo el orden de su predecesor Juan, pero sin nombrarle, escribe a siete iglesias en el siguiente orden: primero a los Corintios, segundo a los Efesios, en tercer lugar a los Filipenses, en cuarto lugar a los Colosenses, en quinto lugar a los Gálatas, en sexto lugar a los Tesalonicenses, y en séptimo lugar a los Romanos. Sin embargo, aunque [el mensaje] se repita a los Corintios y los Tesalonicenses para su reprobación, se reconoce a una iglesia como difundida a través del mundo entero. Porque también Juan, aunque escribe a siete iglesias en el Apocalipsis, sin embargo escribe a todas. Además, [Pablo escribe] una [carta] a Filemón, una a Tito, dos a Timoteo, en amor y afecto; pero han sido santificadas para el honor de la iglesia. Fragmentos de muratori (200 d.C.)
Marción (un maestro gnóstico) rechaza las dos epístolas a Timoteo y la epístola a Tito: todo lo relacionado con la disciplina de la iglesia. (Tertuliano 207 d.C.)
Si alguien debería citarnos del pequeño tratado titulado La enseñanza de Pedro… tengo que responder en primer lugar que dicha obra no está incluida entre los libros eclesiásticos. Pues podemos demostrar que ella no fue compuesta ni por Pedro ni por ninguna otra persona inspirada por el Espíritu de Dios. Orígenes (225 d.C.)