CONVERSACIONES
Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenando. Mateo 12:36-37
No usarás de doblez ni en tus palabras, ni en tus pensamientos, puesto que la falsía es un lazo de muerte. Que tus palabras, no sean ni vanas, ni mentirosas. Didaché (80-140 d.C.)
Así aprendemos que daremos cuenta a Dios no sólo de los hechos, como los esclavos, sino también de las palabras y pensamientos, sobre los cuales él nos hizo libres y los puso bajo nuestro poder; y en estas cosas el ser humano da mejor prueba de respetar, temer y amar al Señor. Ireneo (180 d.C.)
De igual modo y el mismo lugar, Cristo ha condenado las conversaciones soeces, cortando de raíz cualquier referencia licenciosa al desenfreno. El simple hecho de ser desordenado en las palabras habitúa a ser incorrectos en el obrar, y el ejercitarse en mantenerse prudente en la palabra es resistir al libertinaje. Clemente de Alejandría (195 d.C.)
Mantengámonos alejados de hacer burlas de otros. Pues la burla origina los insultos… Por tanto, el hombre no es juzgado sólo por sus acciones, sino también por sus palabras. Clemente de Alejandría (195 d.C.)
Aquellos cuyas palabras son malas no son mejores que aquellos cuyas acciones son malas. Clemente de Alejandría (195 d.C.)