DEMANDAS ANTE LA LEY

Y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; Mateo 5:40

¿Osa alguno de ustedes, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos?... Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de menor estima en la iglesia? Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre ustedes sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos, sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos? Así que, por cierto es ya una falta en ustedes que tengáis pleitos entre ustedes mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados? 1 Corintios 6:1,4-7

Entre nosotros fácilmente podrán encontrar personas sencillas, y artesanos, que si de palabra no son capaces de mostrar con razones la utilidad de su religión, muestran con las obras que han hecho una buena elección. Porque no se dedican a aprender discursos de memoria, sino que manifiestan buenas acciones: no hieren al que los hiere, no llevan a los tribunales al que les despoja, dan a todo el que pide y aman al prójimo como a sí mismos. Atenágoras (175 d.C.)

Hemos aprendido a no devolver golpe por golpe ni tampoco a presentar demandas en contra de los que nos saquean y roban. No sólo eso, sino que a los que nos den en una mejilla, hemos aprendido a volverle la otra también. Atenágoras (175 d.C.)

Usando la enseñanza del Señor: según su palabra… No sólo enseñó a no golpear a otro, sino que, si alguien nos golpea, a presentarle la otra mejilla. No se limitó a disponer que no hemos de robar lo ajeno, sino también a no reclamarle al otro que nos ha quitado lo nuestro. Ireneo (180 d.C.)

¿Participará el hijo de la paz en la batalla, cuando ni siquiera conviene que lleve sus pleitos ante la ley? ¿Podrá usar la cadena, la cárcel, la tortura y el castigo, cuando ni siquiera se venga de la injusticia? Tertuliano (197 d.C.)

¿Y qué decir de que no debes jurar, ni hablar mal, ni exigir lo que te han quitado; lo de ofrecer la otra mejilla después de recibir la bofetada. Cipriano (250 d.C.)

Si surgen problemas entre los creyentes, no deben presentarse ante un tribunal gentil. Cipriano (250 d.C.).

El cristiano no perjudica a nadie. Él no desea la propiedad de los demás. De hecho, él ni siquiera defiende la suya propia si se la quitan por medio de la violencia. Por cuanto él sabe cómo soportar pacientemente un mal hecho en su contra. Lactancio (304-313 d.C.)

VER TAMBIÉN GUERRA; NO RESISTENCIA; SERMÓN DEL MONTE; VIDA DE LOS CRISTIANOS, EL ESTILO DE

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