HIMNOS
Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos. Mateo 26:30
Hablando entre ustedes con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en sus corazones. Efesios 5:19
Por tanto, en su amor concorde y armonioso se canta a Jesucristo. Y ustedes, cada uno, forman un coro, para que estando en armonía y concordes, y tomando la nota clave de Dios, puedan cantar al unísono con una sola voz por medio de Jesucristo al Padre, para que Él pueda oírlos y, reconocer por sus buenas obras que son miembros de su Hijo. Ignacio (105 d.C.)
Las mujeres que están entre nosotros son castas. Y las vírgenes en sus trabajos cantan de cosas divinas con más nobleza que las mujeres de ustedes (los paganos). Taciano (160 d.C.)
Persuadidos que Dios está presente en todo lugar, cultivamos nuestros campos, orando. Navegamos por el mar, cantando himnos. Clemente de Alejandría (195 d.C.)
Las canciones de amor no estén presentes entre ustedes. Que nuestros cánticos sean himnos a Dios Clemente de Alejandría (195 d.C.)
Sus sacrificios son las oraciones, alabanzas y lecturas de la escritura antes de los alimentos; y salmos e himnos durante la comida y antes de dormir. Clemente de Alejandría (195 d.C.)
¿Cómo podré expresar la felicidad de aquel matrimonio que ha sido contraído ante la iglesia… Unidos en la iglesia de Dios… El canto de los salmos y de los himnos resuena a dos voces, y los dos entablan una competencia para cantar mejor a su Dios. Al ver y oír esto, Cristo se llena de gozo y envía sobre ellos su paz. Tertuliano (197 d.C.)
La sabiduría es alabada en los himnos… Pues la muerte de los mártires también es elevada en medio de melodías. Tertuliano (213 d.C.)
OH, TIERNO Y BUEN PASTOR
Oh, tierno y buen pastor que guías con amor la juventud; Oh, soberano Rey, haz que con plena fe cumplamos bien tu ley, con gratitud.
Santo eres tú Señor, poder transformado, nuestro sostén. Cumpliste tu misión de nuestra redención; sufriste humillación por nuestro bien.
Oh sumo mediator, a todo cruel dolor alivio das; que en duda y aflicción al débil corazón brindas consolación y dulce paz.
Se nuestro buen pastor, constante inspirador de nuestra acción. Hijo del santo Dios, que al ir de ti en pos sea tu grata voz, la dirección.
Himno escrito por Clemente de Alejandría (195 d.C.)
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