JOYAS
Asimismo dice Jehová: Por cuanto las hijas de Sion se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y con ojos desvergonzados; cuando andan van danzando, y haciendo son con los pies… Aquel día quitará el Señor el atavío del calzado, las redecillas, las lunetas, los collares, los pendientes y los brazaletes, las cofias, los atavíos de las piernas, los partidores del pelo, los pomitos de olor y los zarcillos, los anillos, y los joyeles de las narices. Isaías 3:16-21
Su atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos. 1 Pedro 3:3
Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación. Apocalipsis 17:4
La maldad, extendiéndose continuamente, alcanzó e inundó la raza humana; sólo un poco de semilla de justicia quedaba en ella. Porque, además, sobre la tierra tenían lugar uniones ilegítimas: los ángeles fornicaron con las hijas de los hombres, quienes dieron a luz unos hijos que por su enorme estatura fueron llamados gigantes. Los ángeles, entonces, dieron a sus esposas como regalo malignas enseñanzas. Les enseñaron la manera de obtener extractos de flores y plantas, tintes y pinturas, joyas y cosméticos… Y una vez desencadenadas tales cosas, el mal se expandió hasta desbordar, y la justicia disminuyó hasta casi desaparecer. Ireneo (180 d.C.)
La esposa casta, consagrando su tiempo al marido, honra sinceramente a Dios; en cambio, si ama las joyas, se separa de Dios y del santo matrimonio, cambiando a su esposo por las joyas. Clemente de Alejandría (195 d.C.)
Si (Jesús) suprime de nosotros toda preocupación por el vestir, por la comida y por todo lo innecesario… ¿Cuál creemos que será su opinión acerca del adorno rebuscado, del tinte de las lanas, del lujo en los colores, del refinamiento de piedras preciosas y del oro trabajado? Clemente de Alejandría (195 d.C.)
Que no se perforen contra la naturaleza las orejas de las mujeres para colgar aretes y pendientes. No, no es lícito forzar a la naturaleza contra su voluntad. Clemente de Alejandría (195 d.C.)
Las mujeres cargadas de oro, que se ejercitan en los rizados de sus trenzas, en los perfumes de las mejillas, en las líneas de los ojos, en los tintes de sus cabellos… Dichas mujeres se preocupan muy poco de cuidar de su hogar y del marido y, hurtando la bolsa de éste, desvían los gastos hacia sus deseos, para tener a muchos como testigos de su aparente belleza; preocupadas todo el día por sus cosméticos, pierden su tiempo en compañía de esclavos comprados a un alto precio. Clemente de Alejandría (195 d.C.)
(Las mujeres paganas) están pálidas por los maquillajes, y son presa fácil de las enfermedades por tener una carne ya consumida al haber sido sombreada por los productos, ofendiendo así al Creador de los hombres, como si no se les hubiera otorgado una belleza digna. Es natural que sean perezosas para las faenas domésticas, como si estuvieran pintadas, expuestas a la contemplación, no nacidas para el trabajo del hogar. Clemente de Alejandría (195 d.C.)
Aquellos ángeles que inventaron las joyas y otras cosas son señalados bajo condenación al castigo de la muerte. Son los mismos ángeles que se precipitaron desde el cielo sobre las hijas de los hombres… Ellos concedieron peculiarmente a las mujeres los medios que sirven de ostentación femenina: la alhajas, los tintes… y los polvos negros que hacen resaltar los párpados y las pestañas. Tertuliano (198 d.C.)
Las joyas, los adornos y los artículos de belleza no son apropiados para nadie, excepto para prostitutas y mujeres sin modestia. Cipriano (250 d.C.)
VER TAMBIÉN COSMÉTICOS; MODESTIA; VESTIMENTA