JUDAS ISCARIOTE

Como ejemplo grande de impiedad anduvo en este mundo Judas, quien llegó a hincharse de tal modo en su carne que no podía pasar ni siquiera por donde pasa fácilmente un carro; ni aun la sola mole de su cabeza. Porque dicen que los párpados de sus ojos se le hincharon de tal modo, que ni él podía absolutamente ver la luz, ni le era tampoco posible a ningún médico verle los ojos ni aun con el auxilio de un anteojo. A tal profundidad estaban de la superficie exterior. Sus partes vergonzosas dicen que aparecían más repugnantes y mayores que cuanto hay de indecoroso y que echaba por ellas de todo su cuerpo pus y gusanos para escarnio, sobre los propios excrementos. Papías (120 d.C.)

Y después de muchos tormentos y castigos, (Judas) murió, dicen, en un lugar de su propiedad, que quedó desierto y despoblado hasta el presente a causa del mal olor. Es más, hasta el día de hoy no puede nadie pasar cerca de aquel lugar si no se tapa las narices con las manos. Tan enorme fue la putrefacción que se derramó de su carne sobre la tierra. Papías (120 d.C.)

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