MÉRITOS DE LOS CRISTIANOS

No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación. Juan 5:28-29

He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Apocalipsis 22:12

Por el contrario, cada uno camina, según el mérito de sus acciones, hacia el castigo o hacia la salvación eterna. Si todos los hombres fuesen conscientes de esto, nadie escogería la maldad ni por un momento, sabiendo que así emprendería la marcha hacia su condena eterna en el fuego, sino que por todos los medios se contendría y se adornaría con las virtudes, para alcanzar los bienes de Dios y verse libre del castigo. Justino Mártir (160 d.C.)

Este es el Padre de nuestro Señor, por cuya providencia todo sucede, y que administra todas las cosas con su mandato. Da gratuitamente a quien conviene, distribuye los dones según los méritos, y castiga con justicia a los ingratos insensibles a su bondad. Ireneo (180 d.C.)

Como enseñan los presbíteros, quienes fueren dignos de morar en los cielos, entrarán en ellos; otros gozarán de las delicias del paraíso; otros poseerán el esplendor de la ciudad; pero en todas partes verán a Dios, según la medida en que fueren dignos de contemplarlo. Habrá una diferencia en la habitación de aquellos que hayan fructificado el ciento por uno, el sesenta o el treinta: unos serán llevados al cielo, otros se detendrán en el paraíso y los terceros habitarán la ciudad. Por eso dijo el Señor que en la casa de su Padre hay muchas moradas. Todo pertenece a Dios, quien prepara a cada cual su habitación adecuada, como dijo su Verbo, que el Padre las distribuye a todos según los méritos de cada uno. Ireneo (180 d.C.)

Les mandó predicar también, ya al fin del siglo, que han de resucitar todos los muertos del mundo, reuniéndose las almas a los mismos cuerpos, cuyos méritos se han de recompensar con riguroso examen, premiando a los honradores de Dios con vida eterna, y castigando a los profanos con fuego eterno y continuo. Tertuliano (197 d.C.)

El alma será recompensada de acuerdo a lo que merece. O será destinada a obtener la herencia de la dicha y la vida eterna, si es que sus obras hayan ganado ese premio, o será entregada al fuego y los castigos eternos, si la culpa de sus delitos lo hayan condenado a eso. Orígenes (225 d.C.)

El dichoso descanso que tendrá lugar en el reino de Dios, es reservado para aquellos que son dignos de ser sus súbditos. Orígenes (248 d.C.)

Ciertamente creemos que los méritos de los mártires y las obras de los justos tienen mucho poder ante este juez: pero esto será cuando venga el día del juicio, cuando después del ocaso de este mundo su pueblo se presente ante su tribunal. Cipriano (250 d.C.)

VER TAMBIÉN HOMBRE, DOCTRINA DEL; JUICIO FINAL; LIBRE ALBEDRÍO Y PREDESTINACIÓN; SALVACIÓN (III. El papel de la obediencia en la salvación)

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