MILENIO
Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar. Isaías 11:6-9
Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Mateo 5:5
Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con ustedes en el reino de mi Padre. Mateo 26:29
Y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo. Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. Apocalipsis 20:3-5
He aquí que el día del Señor será como mil años. Por lo tanto, hijos, en seis días, es decir, en los seis mil años, se consumarán todas las cosas. Y descansó en el día séptimo. Esto quiere decir: Cuando venga su Hijo y destruya el siglo del inicuo y juzgue a los impíos y mudare el sol, la luna y las estrellas, entonces descansará de verdad en el día séptimo. Bernabé (70-130 d.C.)
Entre esas fábulas hay que contar no sé qué milenario de años que dice ha de venir después de la resurrección de entre los muertos y que el reino de Cristo se ha de establecer corporalmente en esta tierra nuestra; opinión que tuvo, a lo que creo, Papías por haber mal interpretado las explicaciones de los apóstoles y no haber visto el sentido de lo que ellos decían místicamente en ejemplos. Eusebio, citando a Papías (120 d.C.)
Papías se equivoca también acerca del milenio, y de él procede el error de Ireneo. Texto referido a Papías (120 d.C.)
Yo por mi parte, y cuantos son en todo ortodoxos, sabemos que habrá resurrección de los muertos y un periodo de mil años en la Jerusalén reconstruida y hermoseada y dilatada, como lo prometen Ezequiel, Isaías y otros profetas. Justino Mártir (160 d.C.)
Primero habla de aquellos que resucitarán habiendo hecho el bien, para entrar en el reposo; después, de aquellos que resucitarán para ser juzgados; como dice la Escritura en el Génesis: que después de la consumación de este siglo, seguirá el día sexto, o sea el año 6000; porque éste será el día séptimo, día del descanso, como canta David: “Este es mi reposo, en él entrarán los justos” . Este séptimo día es el séptimo milenario en el que reinarán los justos, en el que está prometida la incorrupción. Ireneo (180 d.C.)
Confesamos que nos ha sido prometido un reino aquí abajo aun antes de ir al cielo, pero en otra condición de cosas. Este reino no vendrá sino después de la resurrección, y durará mil años en la ciudad de Jerusalén que ha de ser construida por Dios. Afirmamos que Dios la destina a recibir a los santos después de su resurrección, para darles un descanso con abundancia de todos los bienes espirituales, en compensación de los bienes que hayamos menospreciado o perdido aquí abajo. Porque realmente es digno de él y conforme a su justicia que sus servidores encuentren la felicidad en los mismos lugares en los que sufrieron antes por su nombre. Tertuliano (197 d.C.)
He aquí el proceso del reino celestial: después de mil años, durante los cuales se terminará la resurrección de los santos, que tendrá lugar con mayor o menor rapidez según hayan sido pocos o muchos sus méritos, seguirá la destrucción del mundo y la conflagración de todas las cosas. Entonces vendrá el juicio, y transformados en un abrir y cerrar de ojos en cuerpos angelicales, es decir, revistiéndonos de un manto de incorruptibilidad, seremos transportados al reino celestial. Tertuliano (197 d.C.)
El sábado es el tipo y símbolo del reino futuro de los santos, cuando reinarán con Cristo después que Él venga del cielo, como Juan dice en su Apocalipsis: Porque “un año para el Señor es como mil años.” Hipólito (200 d.C.)
El sábado verdadero tendrá lugar en el séptimo milenio cuando Cristo reine con sus elegidos. Victorino (250 d.C.)
Entonces “el Hijo del Dios altísimo y todopoderoso vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos... Cuando hubiere destruido la iniquidad, realizado su gran juicio y resucitado a los justos, que han vivido desde el principio, hará alianza con los hombres para mil años y les impondrá las leyes más justas... En ese momento el príncipe de los demonios, que es el instigador de todos los males, será también atado con cadenas y encarcelado para mil años de gobierno celestial, durante los cuales la justicia reinará en el mundo, para que no pueda forjarse ningún mal contra el pueblo de Dios. Cuando llegue Dios, los justos serán reunidos de toda la tierra, y, terminado el juicio, la ciudad santa será plantada en medio de la tierra. La habitará el mismo Dios, que la ha construido, en compañía de los justos, imponiendo su ley... El sol será siete veces más brillante que ahora; la tierra abrirá el secreto de su fecundidad y producirá espontáneamente frutos abundantísimos; las montanas y rocas chorrearán miel; por los arroyos correrá vino, y por los ríos, leche; en fin, todo el mundo se regocijará, toda la naturaleza se gozará, por haber sido redimida y librada del imperio del mal, de la impiedad, del pecado y del error.” Lactancio (304-313 d.C.)
VER TAMBIÉN GRAN TRIBULACIÓN; JUICIO FINAL; RESURRECCIÓN; SEGUNDA VENIDA DE CRISTO; ÚLTIMOS DÍAS