SÁBADO

No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad sus fiestas solemnes. Sus lunas nuevas y sus fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. Isaías 1:13-14

Mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo de ustedes, que haya trabajado en vano con ustedes. Gálatas 4:9-11

Del sábado habla al principio de la creación: E hizo Dios en seis días las obras de sus manos y las acabó en el día séptimo, y descansó en él y lo santificó. Atiendan, hijos, qué quiere decir: las acabó en seis días. Esto significa que en seis mil años consumará todas las cosas el Señor, pues un día es para Él mil años. Lo cual, Él mismo lo atestigua, diciendo: He aquí que el día del Señor será como mil años. Por lo tanto, hijos, en seis días, es decir, en los seis mil años, se consumarán todas las cosas. Y descansó en el día séptimo. Esto quiere decir: Cuando venga su hijo y destruya el siglo del inicuo y juzgue a los impíos y mudare el sol, la luna y las estrellas, entonces descansará de verdad en el día séptimo… Por último, les dice: sus novilunios y sus sábados no los aguanto. Miren cómo dice: No me son aceptables sus sábados de ahora, sino el que yo he hecho, aquél en que, haciendo descansar todas las cosas, haré el principio de un día octavo, es decir, el principio de otro mundo. Por eso justamente nosotros celebramos también el día octavo (el domingo) con regocijo, por ser día en que Jesús resucitó de entre los muertos y, después de manifestado, subió a los cielos. Bernabé (70-130 d.C.)

Así pues, si los que habían andado en prácticas antiguas alcanzaron una nueva esperanza, sin observar ya los sábados, sino moldeando sus vidas según el día del Señor, en el cual nuestra vida ha brotado por medio de Él. Ignacio (105 d.C.)

Ni observan la superstición de los judíos… Pero, además, sus escrúpulos con respecto a las carnes, y su superstición con referencia al sábado y la vanidad de su circuncisión y el disimulo de sus ayunos y lunas nuevas, yo [no] creo que sea necesario que tú aprendas a través de mí que son ridículas e indignas de consideración alguna. Y en cuanto al guardar la observancia de meses y de días, ¿quién podría considerar esto como una exhibición de piedad y no mucho más de necedad? Epístola a Diogneto (125-200 d.C.)

La nueva ley quiere que guarden el sábado continuamente, y ustedes (los judíos), con pasar un día sin hacer nada, ya les parece que son religiosos, sin entender el motivo de por que les fue ordenando el sábado. No se complace en eso el Señor Dios nuestro. Si hay entre ustedes un perjuro o ladrón, que deje de serlo; si hay un adúltero, arrepiéntase y ha guardado los deliciosos y verdaderos sábados de Dios. Si alguno no tiene entre ustedes las manos limpias, lávese y queda puro. Justino Mártir (160 d.C.)

Prueba de que estas prácticas (de la ley) no justificaban al ser humano, sino que servían de signo al pueblo, es que Abraham “creyó y le fue contado por a justicia, hasta el punto de llamarse el amigo de Dios,” sin la circuncisión y sin la observancia del sábado... Toda la enorme multitud de justos que existieron antes de Abraham, así como todos los patriarcas que vivieron antes de Moisés, fueron justificados sin lo que hemos dicho. Ireneo (180 d.C.)

El Señor descansó de todas sus obras, es decir, el verdadero sábado de los justos en el cual ya no llevarán a cabo las obras de la tierra, sino que hallarán preparada la mesa del Señor, que los alimentará con toda suerte de manjares. Ireneo (180 d.C.)

En el libro anterior mostramos que levitas y sacerdotes son todos los discípulos del Señor, los cuales profanan el sábado en el templo, sin cometer falta. Ireneo (180 d.C.)

La ley… ya no mandará guardar un día de reposo al que todos los días observa el sábado, es decir, al que rinde culto a Dios en el templo de Dios que es el cuerpo del hombre y practica siempre la justicia. Ireneo (180 d.C.)

El séptimo día es reconocido como sagrado, no sólo por los hebreos, sino también por los griegos. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

Junto con la abolición de la circuncisión carnal y de la ley antigua, las cuales en su tiempo específico fueron consumadas, del mismo modo queda demostrado que la observancia del sábado ha sido temporal. Tertuliano (197 d.C.)

Nosotros no seguimos a los judíos en sus peculiares observancias en cuanto a la comida y sus días sagrados. Tertuliano (197 d.C.)

El sábado es el tipo y símbolo del reino futuro de los santos, cuando reinarán con Cristo después que Él venga del cielo, como Juan dice en su apocalipsis: Porque “un año para el Señor es como mil años.” Hipólito (200 d.C.)

El sábado verdadero tendrá lugar en el séptimo milenio, cuando Cristo reine con sus elegidos. Victorino (250 d.C.)

Los (líderes religiosos judíos) alegaron otras causas para su enojo… a saber, que Jesús destruyó la obligación de la ley dada por Moisés. Es decir, Él no descansó los sábados, sino que obró haciendo bien a los hombres. Además, abolió la circuncisión y sustrajo la necesidad de abstenerse de la carne de los cerdos…Sin embargo, Él no hizo esto por su propio juicio, sino según la voluntad de Dios. Lactancio (304-313 d.C.)

VER TAMBIÉN DÍA DEL SEÑOR; LEY MOSAICA

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