TRABAJO

Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio. Proverbios 6:6

Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre. Juan 6:27

El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Efesios 4:28

Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres. Colosenses 3:23

Tampoco comerás el águila, ni el gavilán, ni el milano, ni el cuervo. No te juntarás, dice, ni te asemejarás a hombres tales, que no saben procurarse el alimento por medio del trabajo y sudor, sino que arrebatan en su iniquidad lo ajeno, y acechan como si anduvieran en sencillez, y miran por todas partes a quién despojar por medio de su avaricia, al modo que estas aves son las únicas que no se procuran a si mismas su alimento, sino que, posadas ociosamente, buscan la manera de devorar las carnes ajenas, siendo perniciosas por su maldad. Bernabé (70-130 d.C.)

Te acordarás noche y día del día del juicio, y buscarás cada día las personas de los santos. Ya predicando la palabra, y caminando para consolar y meditando para salvar un alma por la palabra, ya ocupado en oficio manual, trabajarás para rescate de tus pecados. Bernabé (70-130 d.C.)

Si (un profeta) quisiere permanecer entre ustedes, y si es un comerciante que trabaje para comer; si no tuviese oficio ninguno, procuren según su prudencia a que no quede entre ustedes ningún cristiano ocioso. Si no quisiere hacer esto, es un negociante del cristianismo, del cual se alejarán. Didaché (80-140 d.C.)

Haz lo que es bueno, y de todas tus labores, que Dios te da, da a todos los que están en necesidad generosamente, sin hacer preguntas sobre a quién has de dar y a quién no has de dar. Hermas (150 d.C.)

El gasto del pagano, pues, no lo practiques; porque no es conveniente para los siervos de Dios, sino trabaja en tu propio oficio en el cual puedas gozarte; y no corrompas, ni toques lo que es de otro, ni lo desees; porque es malo desear las posesiones de otro. Pero ejecuta tu propio trabajo y serás salvo. Hermas (150 d.C.)

Pero hay que evitar el exceso de los negocios, y nunca caerás en pecado alguno. Porque los que están ocupados en exceso (de negocios), pecan mucho también, siendo distraídos de sus ocupaciones, y en modo alguno sirven a su propio señor. Hermas (150 d.C.)

Pero los que entregaron sus varas medio verdes y medio secas, estos son los que están mezclados en negocios y no se unen a los santos. Por lo tanto, la mitad de ellos vive, pero la otra mitad está muerta. Hermas (150 d.C.)

Estos [pues, que están mezclados en muchos y varios asuntos de negocios] no se juntan con los siervos de Dios, sino que se descarrían, siendo ahogados por sus negocios; por su parte, los ricos no están dispuestos a unirse a los siervos de Dios, no sea que se les pueda pedir algo. Estos hombres, pues, difícilmente entrarán en el reino de Dios. Porque tal como es difícil andar entre espinos con los pies descalzos, también es difícil que estos hombres entren en el reino de Dios. Hermas (150 d.C.)

Entre nosotros fácilmente podrán encontrar personas sencillas y artesanos. Atenágoras (175 d.C.)

Uno debe aplicarse al estudio, otro ocuparse de su trabajo, las mujeres trabajar la lana y todos, por así decirlo, tenemos que luchar contra el sueño, habitándonos poco a poco a aprovechar, mediante la vigilia, de la mayor parte del tiempo de la vida, porque el sueño, como un recaudador de impuestos, nos quita la mitad del tiempo de nuestra experiencia. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

Debemos dejar de lado los excesivos equipajes; los utensilios de plata y de oro, la multitud de criados; tomando de Cristo los buenos y venerables compañeros: el trabajo personal y la sencillez. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

A lo menos aprendan de su situación actual, gente miserable, que es lo que en verdad les espera después de la muerte… en verdad, según ustedes mismos dicen, la mayoría de ustedes (los cristianos)… están en necesidad, soportando frío y hambre, y trabajando en trabajos agotadores. Pero su dios lo permite. Marco Minucio Félix, citando a un pagano antagonista (200 d.C.)

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