VELO
Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo. Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y retenéis las instrucciones tal como os las entregué. Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo. Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza. Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado. Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra. Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón. Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles. Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón; porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios. Juzgad ustedes mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza? La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello. Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios. 1 Corintios 11:1-16
He aquí, vino hacia mí una virgen ataviada como si saliera de la cámara nupcial, toda blanca y con sandalias blancas, con un velo hasta la frente, y la cobertura de su cabeza era un turbante. Hermas (150 d.C.)
Además de estar prohibido descubrir los cabellos, esta mandado cubrirse la cabeza y velar el rostro. Porque no es honesto que la hermosura del cuerpo sea un anzuelo para pescar a los hombres. Clemente de Alejandría (195 d.C.)
Que las mujeres entiendan esto. Que deben cubrirse por completo a menos que estén en su casa. Porque esta forma de vestir es sobria y las protege de ser miradas... La mujer cristiana nunca caerá si pone delante de sus ojos la modestia y el velo. Tampoco será causa de tropiezo para el hombre por descubrirse el rostro. Por tanto, es la voluntad de Cristo que se deba orar con el velo. Clemente de Alejandría (195 d.C.)
Los siguientes tres dibujos de los primeros cristianos hallados en las catacumbas de Roma que datan del siglo II y III, demuestran cómo las mujeres cristianas de aquella época ponían en práctica la ordenanza de los apóstoles en cuanto al velo.
“Por causa de los ángeles”; al decir “ángeles” se está refiriendo a los hombres justos y virtuosos. Que use el velo para no ser causa de tropiezo y guíe a la fornicación. Clemente de Alejandría (195 d.C.)
Este asunto han entendido bien los corintios mismos. De hecho, hasta este mismo día, las vírgenes (igual que las mujeres) se cubren con el velo. Los discípulos aprueban lo que los apóstoles ordenaron. Tertuliano (197 d.C.)
Sepan que se trata de la cabeza entera. La región que se debe cubrir con el velo, ocupa el mismo espacio que el cabello cuando éste se halla suelto… Las mujeres paganas de Arabia te juzgarán. Porque no solo cubren la cabeza, sino la cara también. Tertuliano (197 d.C.)
La mujer no debe presentarse con la cabeza descubierta. Tertuliano (197 d.C.)
Pero amonestamos a las mujeres que no dejen esta disciplina del velo ni por un momento, ni siquiera por una hora… Te ruego, seas tú madre, o hermana, o hija virgen, cubre tu cabeza. Tertuliano (197 d.C.)
Que todas las mujeres tengan la cabeza cubierta con una tela opaca, que no sea un velo transparente, porque eso no cubre en verdad. Hipólito (200 d.C.)
¿Qué hará la mujer cristiana si descuidara esta ordenanza? ¿Callará la oración espontánea de agradecimiento? ¿Se enfrentará a la tentación sin el arma de la oración? ¿Dejará de cumplir con su Señor, privando a un alma necesitada de un testimonio? ¿Desafiará al Señor y menospreciará su mandato, orando y testificando sin el velo? ¿Deshonrará a su Señor o usará el velo durante todo el día para así encontrarse todo el tiempo en comunión con su Dios, dispuesta para testificar? Crisóstomo (344-407 d.C.)
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