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Preguntas sinceras acerca de los escritos de la iglesia primitiva

Desde el tiempo que escribí Que hablen los primeros cristianos varios años atrás, he recibido cientos de cartas de personas que tienen preguntas sobre la iglesia primitiva. Muchos han formulado preguntas sinceras en cuanto al valor y confiabilidad de los escritos de los primeros cristianos. Echemos algunas miradas a algunas de tales preguntas.

¿No nos guía el Espíritu Santo a toda la verdad?

En los días actuales parece que es muy difícil que los cristianos lleguen a un acuerdo sobre algo. Sin embargo, en los últimos dos años, cinco cristianos sinceros, ninguno de los cuales se conocía el uno al otro, estaban de acuerdo en un punto: Nosotros no necesitamos los escritos de los primeros cristianos para entender correctamente la Biblia. “Al contrario,” dijeron, “el Espíritu Santo nos guiará a toda la verdad” (Juan 16:13).

Puesto que pensaban lo mismo sobre cómo pueden hallar la verdad los cristianos, me vino la idea de poner en contacto a aquellas cinco personas. Sin embargo, algo me hizo pensar que ellos no habrían apreciado si yo los hubiese puesto en contacto. Pues todos ellos tenían una opinión diferente sobre cuál era la verdad. Cada uno de ellos estaba seguro de que el Espíritu Santo lo había guiado a “toda la verdad,” pero cada uno de ellos había llegado a una verdad diferente.

Si todos los cristianos siguiéramos la guía del Espíritu Santo hacia toda la verdad, entonces todos los cristianos creeríamos y enseñaríamos las mismas cosas, ¿verdad? Sin embargo, estamos divididos en más de 22000 denominaciones y sectas distintas, todas con creencias diferentes.55¿Dónde hemos errado entonces?

En primer lugar, la Escritura no dice que el Espíritu Santo dará una revelación directa de toda la verdad a cada cristiano. El Espíritu Santo nos guía a la verdad a través de las páginas escritas de la Escritura y del testimonio histórico de la tradición apostólica oral. Únicamente porque tenemos la guía del Espíritu Santo, no significa que no necesitemos mirar el “curso de acción” histórico de la iglesia primitiva. ¿Tendríamos la audacia de afirmar que no necesitamos las Escrituras sólo porque tenemos la guía del Espíritu Santo?

Es por una buena razón que Dios no reveló directamente “toda la verdad” a cada uno de nosotros. Cristo no quiere un grupo de pioneros solitarios que no necesiten el uno del otro. Él quiere una iglesia, un cuerpo que dependa, no sólo uno del otro, sino también de la iglesia de siglos anteriores. Fue el “rudo individualismo” lo que avivó el surgimiento de América al poder; pero esto no es lo que fortalece a la iglesia. Si el Espíritu Santo reveló directamente toda la verdad necesaria a los apóstoles y ellos la revelaron a las iglesias, ¿por qué deberíamos esperar que el Espíritu Santo revele aquellas mismas verdades otra vez a cada uno de nosotros? Los primeros cristianos se conformaron con recibir las verdades cristianas de una “fuente secundaria”: los apóstoles y la iglesia apostólica. ¿Por qué nosotros no nos conformamos?

Es interesante ver que los primeros cristianos entendieron Juan 16:12,13 como una revelación directa de parte de Dios dirigida solamente a los apóstoles.56 Verdaderamente creyeron que toda la verdad espiritual había sido revelada a los apóstoles. Esto es porque ellos insistieron que la iglesia debía mantener todo lo establecido por los apóstoles. Ellos nunca afirmaron haber tenido alguna revelación especial más allá de los apóstoles. En contraste, fueron los herejes: gnósticos y montanistas, quienes no se sentían conformes con recibir simplemente lo que le había sido entregado a la iglesia por los apóstoles. En lugar de ello, afirmaron tener una revelación doctrinal directa del Espíritu Santo.

Creo que mucha de la ambigüedad en las Escrituras fue introducida intencionalmente por Dios. Él no quiso que librepensadores fueran capaces de tomar sólo la Escritura, y luego pensar que podrían separarse de las iglesias establecidas por su Hijo.

Nuestra actitud protestante frente a la tradición apostólica a veces se asemeja a la de los gnósticos. Como Ireneo dijo acerca de ellos: “Cuando nosotros les referimos (a los herejes) la tradición que se origina en los apóstoles la cual se preserva por medio de la sucesión de los obispos de las iglesias, ellos se oponen a la tradición, afirmando que son más sabios que los obispos e incluso que los apóstoles, porque ellos han descubierto la verdad no adulterada.”57

Recuerda, si el Espíritu Santo nos guía a nosotros a toda la verdad, entonces Él también guió a los cristianos del segundo y tercer siglos a toda la verdad. Nuestra verdad debería ser la misma que la de ellos. Si no es así, uno de nosotros no ha estado siguiendo la guía del Espíritu Santo.

Confiar en el “curso de acción” histórico de los primeros cristianos no disminuye la obra del Espíritu Santo en nada. En primer lugar, yo creo que fue la guía del Espíritu Santo que me llevó de la mano para ver el testimonio de la iglesia primitiva. Y creo que el Espíritu Santo guiará a todos los cristianos de vuelta a ese testimonio, si sólo pudiéramos poner a un lado nuestros prejuicios e ideas preconcebidas. Y es sólo con la unción del Espíritu Santo que podemos caminar por la misma senda peregrina que siguieron los primeros cristianos.

¿Fueron los escritos de los primeros cristianos fielmente preservados?

Los escritos de los primeros cristianos son una fuente histórica valiosa, sólo si los manuscritos que tenemos de sus escritos son auténticos. Permíteme decirte lo siguiente: Aparte de las mismas Escrituras, pocos escritos antiguos son mejor certificados que los escritos de los cristianos que vivieron durante los siglos uno y dos.

Por ejemplo, el manuscrito más antiguo del Nuevo Testamento que tenemos es el Codex Sanaiticus. Data del siglo cuarto (300-399 d.C). Dicho código contiene también la Epístola de Bernabé y una porción del Pastor de Hermas, ambos pertenecen a los escritos de la iglesia primitiva. De hecho, algunos manuscritos en papiro que datan aproximadamente del año 290 d.C, contienen también una porción considerable del Pastor de Hermas.

Otros de los manuscritos más antiguos del Nuevo testamento es el Codex Alexandrinus, que data del siglo V (400-499 d.C). Además de nuestro Nuevo Testamento, contiene también la carta a los corintios escrita por Clemente de Roma, así como el sermón antiguo conocido como Segunda de Clemente. Aunque la mayor parte de los manuscritos de los escritos de los primeros cristianos no son más antiguos que los mencionados arriba, no conozco a ningún erudito católico, protestante o gnóstico que cuestione la autenticidad de tales obras. Es cierto que para algunas de ellas, todo lo que tenemos es un manuscrito; sin embargo, las enseñanzas de aquellas obras armonizan muy bien con las enseñanzas de las otras obras que cuentan con un manuscrito en mejor estado.

A menudo la gente me pregunta: “Pero, ¿cómo podemos saber si la Iglesia Católica Romana no alteró estos escritos para hacerlos encajar a su teología católica?” En primer lugar, la Iglesia Católica no tuvo el control sobre la mayoría de estos manuscritos. Éstos han sido resguardados en muchos lugares geográficos: desde el occidente europeo hasta África, desde el Mediterráneo hasta Rusia. Numerosas obras han sido preservadas en una variedad de idiomas: griego, latín, siriaco, armenio, cóptico, árabe, etíope, georgiano y esloveno. Ninguna iglesia o persona en particular tuvo control sobre estos manuscritos para falsificarlos.

Segundo, la Iglesia Católica no tenía la necesidad particular de falsificar tales escritos, pues no consideraba a la mayoría de los escritores ante-nicenos (los escritores cristianos anteriores al año 325 d.C) como padres de la iglesia. Ninguno de los escritores ante-nicenos fue incluido en la lista de los “grandes padres” de la Iglesia Católica Romana. Estos grandes padres fueron: Agustín, Ambrosio, Jerónimo, Gregorio el Grande, Atanasio, Basílides, Gregorio Nacianceno y Juan Crisóstomo; los cuales vivieron durante o después del cuarto siglo.58

Por lo tanto, en lugar de falsificar los escritos de los primeros cristianos, la iglesia post-nicena los ignoró casi completamente. Ah, unos pocos escritos falsos circularon, tales como un número de cartas espurias atribuidas a Ignacio. No obstante, todas estas falsificaciones han sido puestas en evidencia. Y ninguno de los eruditos hoy afirma que algunas de dichas falsificaciones sean genuinas.

En realidad, el mismo contenido de estos escritos testifica sin lugar a dudas que la Iglesia Católica Romana no ha manipulado tales obras; ya que estas obras no apoyan muchas de las enseñanzas principales de la Iglesia Católica de hoy. En verdad, estos escritos no encajan completamente con ninguna denominación. Los primeros cristianos no eran ni católicos ni protestantes en el sentido moderno de las palabras. Ellos pertenecen a una categoría aparte. Sus escritos respiran un aire antiguo y puro que no se presencia en escritos posteriores. Ellos contradicen algunas de las enseñanzas más importantes de los reformadores y de la Iglesia Católica Romana.

Además, en el Occidente, una porción considerable de tales escritos fueron en verdad olvidados por casi mil años. Ellos comenzaron a circular generalmente después de la Reforma. Por aquel tiempo, los principios de la Reforma estaban establecidos en una roca y nadie estaba dispuesto a cambiarlos. En consecuencia, una vez más y en alto grado, la iglesia del Occidente simplemente ignoró estos escritos valiosos.

¿No fueron los primeros cristianos fuertemente influenciados por la filosofía griega?

Uno de los medios más usados para descartar a los primeros cristianos es acusarlos de haber tomado sus enseñanzas de la filosofía griega. Es también uno de los medios más irresponsables. Usualmente lo usa alguien que no ha leído ni las obras de los primeros cristianos ni las de los filósofos griegos. El acusador es incapaz de demostrarte en qué lugar de los escritos de los filósofos griegos se encuentran las mismas enseñanzas que las de la iglesia primitiva.

A veces, las personas que idean tal acusación, también afirman que Jesús, Pablo y Juan tomaron sus enseñanzas de los filósofos griegos o de la comunidad de Qumram.59 Así mismo aseveran que Moisés tomó los diez mandamientos del código de Hammurabi; y que Daniel tomó sus enseñanzas del peligroso maestro persa llamado Zoroastro. En realidad, no hay mayor evidencia de que la iglesia primitiva haya tomado sus enseñanzas de la filosofía griega que la hay para las otras afirmaciones.

No sólo eso, la actitud general de la iglesia primitiva hacia la filosofía era antagónica. Tertuliano llamó a los filósofos “padres de los herejes.”60 Hipólito incluyó a los filósofos entre los falsos maestros en su obra La refutación de todas las herejías.61

Finalmente, debería recordarse que muchos de los escritos de los primeros cristianos eran apologías, escritas para exponer el cristianismo a los no creyentes. Los apologistas hábilmente usaron citas de los filósofos con el propósito de demostrar a los romanos instruidos lo razonable del cristianismo. Por ejemplo, en su Primera apología, Justino señaló a sus lectores romanos numerosas semejanzas entre las enseñanzas del cristianismo y los principios de algunos filósofos. Pero en su obra apologética dirigida a los judíos titulada Diálogo con el judío Trifón, Justino citó constantemente a Moisés y a los profetas del Antiguo Testamento. En otras palabras, él utilizó argumentos que tendrían mayor validez para su audiencia.

Pablo usó el mismo método cuando testificaba en el areópago de Atenas. Viendo un altar al “Dios desconocido,” él dijo al concilio: “Porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues sin conocerle, es a quien yo os anuncio… Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos” (Hechos 17:23,28). Sería absurdo afirmar que Pablo tomó sus creencias de los poetas griegos, simplemente porque él citó de uno de ellos mientras predicaba a los griegos. ¿Es la acusación contra los primeros cristianos menos absurda?

¿No usaron los primeros cristianos extraños principios hermenéuticos?

Otra denuncia común hecha contra los primeros cristianos sostiene que su hermenéutica era tan extraña que sus escritos no son útiles para nadie. Por hermenéutica me refiero a sus métodos de interpretación bíblica. Esta acusación se basa en parte en el hecho de que ellos a menudo utilizaron el razonamiento helenístico oriental que es extraño para nosotros. Pero como hemos visto, los escritores del Nuevo Testamento usaron el mismo tipo de razonamiento.

Además, una de las características notorias del cristianismo del segundo siglo es su interpretación ultra literal del Nuevo Testamento. Puedes señalar cualquier mandamiento o enseñanza moral en el Nuevo Testamento y yo puedo asegurarte que la iglesia primitiva lo entendió de manera muy literal y seria. Toma por ejemplo nuestro estudio sobre el velo. Es la iglesia del siglo veinte que ha dado una interpretación fantasiosa al pasaje de 1 Corintios 11, no la iglesia del segundo siglo. Su entendimiento es muy literal.

En realidad, la hermenéutica que usaban los primeros cristianos para entender el Nuevo Testamento, sigue muy de cerca los principios basados en el sentido común que hemos estudiado:

1. Ellos comenzaron con una mente en blanco. No hubo concilios de la iglesia o batallas teológicas que los influenciara. No existían seminarios ni denominaciones. En el principio del segundo siglo, hubo poca literatura cristiana, excepto las Escrituras. Sus mentes estaban en blanco, y los apóstoles y sus discípulos podían escribir sobre ellas.
2. Su entendimiento del cristianismo y del Nuevo Testamento empezó con Jesucristo y sus enseñanzas. Siempre entendieron a Pablo y a los otros apóstoles dentro del contexto de las enseñanzas de Jesús, no viceversa.
3. Casi sin excepción, ellos entendieron todo pasaje del Nuevo Testamento muy literal y seriamente.
4. Sus creencias casi siempre se relacionaban con todo lo que enseña el Nuevo Testamento sobre cualquier tema.
5. Ellos se apoyaron fuertemente en el “curso de acción” de los apóstoles y de la generación de cristianos que aprendieron directamente de los apóstoles. Su único credo era conformarse a lo que les había sido entregado por los apóstoles y no cambiarlo.
6. Finalmente, su entendimiento de algunas partes del Nuevo Testamento, no invalidaban ni dejaban poco razonables otras partes del Nuevo Testamento. Como consecuencia, su teología no tenía tantos “versículos problemáticos” que explicar como los tiene la teología moderna.

Por tanto, no es su hermenéutica que es extraña; es nuestro sistema de interpretación que es extraño para los principios basados en el sentido común.

¿Realmente los escritos de los primeros cristianos aclaran las Escrituras?

Alguien ha levantado la cuestión: “¿No son los escritos de los primeros cristianos tan ambiguos como las Escrituras? En lugar de ayudarnos a entender las Escrituras, ¿no nos darían algo más que interpretar?”

Es verdad que los escritos de los primeros cristianos sufren de las mismas limitaciones del lenguaje humano que las Escrituras. Nuestros libros cristianos de la actualidad tienen las mismas limitaciones también. Sin embargo, no vacilamos en volver a los libros actuales buscando ayuda para entender las Escrituras, ¿cierto? Del mismo modo, aunque los escritos de los primeros cristianos contienen ambigüedades, eso no les impide derramar luz importante sobre las Escrituras.

Un buen ejemplo es el ensayo de Tertuliano sobre el velo, del cual cité anteriormente. No todo lo que dice Tertuliano en ese ensayo está perfectamente claro. Sin embargo, no creo que alguien pueda leer su ensayo y luego preguntarse si Pablo se estaba refiriendo al velo o al cabello largo. Esa parte es totalmente clara. Y eso es lo único que buscamos.

¡No te desvíes! Recuerda, en primer lugar, la razón principal por qué estamos mirando los escritos de los primeros cristianos es para determinar el “curso de acción” histórico de la iglesia del Nuevo Testamento.62 Y son muy valiosos. Pero no son un tipo de un “segundo canon” que tenemos que entender minuciosamente como hacemos con la Biblia. No es esencial aclarar toda ambigüedad presente en ellos.

Por supuesto, las obras de los primeros cristianos no esclarecen todos los versículos del Nuevo Testamento. Pero sí revelan el “curso de acción” de las primeras generaciones de cristianos en cuanto a sus doctrinas principales, sus ordenanzas y su aplicación de mandamientos bíblicos. También revelan cuáles eran consideradas las doctrinas esenciales del cristianismo por las iglesias primitivas. A través de los siglos, muchos cristianos han proclamado el lema: “En las cosas importantes, la unidad; en las cosas dudosas, la libertad; en todas las cosas, amor.” Quizá todos estaríamos de acuerdo con este credo. Pero, ¿cuáles son las “cosas importantes” de la fe cristiana? ¿Cuáles son las cosas dudosas? ¿Quién decide?

Otra vez, aquí es donde los primeros cristianos nos dan un discernimiento valioso. Si la fe fue “dada una vez a los santos,” ¿no deberíamos permitir a los discípulos de los apóstoles decirnos cuáles eran las cosas consideradas “importantes” y cuáles eran las “dudosas”? Si algunas doctrinas no eran claras para los discípulos de los apóstoles, ¿cómo pueden ser más claras para nosotros? ¿O afirmaremos que tenemos una revelación especial que ellos no tuvieron?

Digo esto porque sostengo firmemente que todos los cristianos creyentes de la Biblia podrían ser un solo cuerpo, si simplemente se humillaran así mismos y aceptaran el testimonio de lo que fue realmente el cristianismo histórico. Eso no significa que tendríamos uniformidad en todas nuestras creencias, sino que la tendríamos en las doctrinas esenciales y no nos dividiríamos por causa de otras cosas menos importantes, porque las reconoceríamos como son: “dudosas” o periféricas.

Por supuesto, el testimonio de los primeros cristianos sobresale en estos asuntos, sólo si ellos preservaron fielmente la fe que les fue dada a ellos por los apóstoles. ¿Cómo podemos estar seguros que ellos la preservaron?

Notas:
55. Jeffery Sheler, “Reuniting the flock,” U.S. News & World Report, March 4, 1991, p. 50.
56. El contexto de las palabras de Jesús en Juan 16:13 apoyan el entendimiento de la iglesia primitiva de dicho pasaje. En primer lugar, veamos el contexto. La escena fue justo después que Jesús y los apóstoles hubieron comido la última cena. Judas Iscariote ya había salido. Jesús estaba dando palabras de consejo a sus once discípulos. Él les decía: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad. Él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir” (Juan 16:12,13). Nota que aquellas palabras no eran dirigidas a las multitudes, ni a los setenta discípulos. Fueron dirigidas sólo a los once discípulos. Y no todo de lo que Jesús dijo a sus apóstoles se aplica a todos los cristianos, al menos no en el mismo grado. En verdad, este pasaje es una reiteración de lo que él les había dicho a los apóstoles momentos antes: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26). ¿Quién podría argumentar que este pasaje paralelo se aplica a todos los cristianos? Jesús dijo que el Espíritu “les recordaría todo lo que él les había dicho.” ¿Quién podría afirmar hoy que el Espíritu Santo le recordó todas las cosas que Jesús dijo a sus apóstoles?
57. Ireneo Contra los herejes 3.2.2
58. Johanes Quasten, Patrology, vol. 1 (Westminster, MD: Christian Classics, Inc., 1988), p. 10.
59. Algunos libros que afirman que Pablo u otro de los apóstoles derivaron sus enseñanzas de la filosofía griega son: Jesús y los griegos, por William Fairweather; El pensamiento griego en el Nuevo Testamento por Georege Holley. Y algunos libros que afirman que las enseñanzas cristianas se derivan de la comunidad de Qumram son: El judaísmo y los orígenes del cristianismo por David Flusser; y Pablo y Qumram por Jerome Murphy.
60. Tertuliano Un tratado sobre las almas 3. Tertuliano fue firme en su oposición a los filósofos griegos. Ver su Apología 46,47.
61. Justino Mártir y Clemente de Alejandría fueron excepciones notables de la oposición general de la iglesia primitiva a los filósofos griegos. Ambos creyeron que parte de la filosofía griega reflejaba semillas de la verdad que Dios había plantado en los gentiles como un medio de ayuda para mostrarles el camino al cristianismo. Sin embargo, ni Justino ni Clemente basaron sus creencias cristianas en la filosofía griega. Ellos enseñaron las mismas cosas que los demás cristianos que se opusieron a la filosofía griega.
62. Estos escritos también son nuestra fuente primaria para el conocimiento de la tradición apostólica oral.
63. Nadie parece saber quién fue el autor de ese eslogan. Ha sido usado por varios cristianos incluyendo a Felipe Melacton, Pedro Meiderlin y Richard Baxter.

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