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El problema entre nosotros y los primeros cristianos

Esta es una afirmación muy atrevida. Déjame repetirla: Si no añadimos algo a las Escrituras, no estaríamos mostrando obediencia a ellas. Antes que me quemes en la estaca, permíteme explicar.

Veamos la Biblia en 2 Tesalonicenses 2:15: “Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.” Pablo dijo a los cristianos de tesalónica que no debían basarse sólo en las Escrituras. Ellos tenían que obedecer lo que enseñaban los apóstoles ya sea por carta u oralmente.

Permíteme hacerte una pregunta: ¿Tú obedeces lo que los apóstoles enseñaron por palabra u oralmente? ¿No estamos obligados a obedecer lo mismo que ellos? Si los tesalonicenses estuvieron obligados a obedecer lo que Pablo enseñaba oralmente, ¿estamos nosotros menos obligados?

En su misma carta a los tesalonicenses, Pablo enfatizó otra vez la necesidad de obedecer la tradición apostólica: “Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza (tradición) que recibisteis de nosotros.” (2 Tes. 3:6) Y como notamos en 1 Corintios 11:2, Pablo alabó a los corintios porque “retenéis las instrucciones (tradiciones) tal como os las entregué.”49

A mí me enseñaron que todas las tradiciones son malas. El pasaje bíblico que siempre viene a mi mente cuando escucho la palabra “tradición” son las palabras de Jesús a los fariseos: “Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición” (Mateo 15:6). Sin embargo, éste es sólo uno de los pasajes en el Nuevo Testamento que habla de la tradición. Hay malas tradiciones y buenas también. Hay tradiciones apostólicas y hay tradiciones humanas. La tradición apostólica confirma las Escrituras. La tradición humana las invalida.

Volvamos a nuestra discusión acerca del velo. Como he dicho, éste no es un libro acerca del velo. Sin embargo, el tema ilustra muy bien lo que quiero demostrar. Piensa en la tradición que recibiste concerniente al velo. ¿Te ayuda eso a obedecer lo que la Escritura enseña sobre el tema o “invalida los mandamientos de Dios”? La tradición apostólica, que fue establecida oralmente por los apóstoles, nunca invalida la Escritura.

Pero, ¿cómo podemos saber lo que enseñaron los apóstoles oralmente? Bueno, ¿cómo pudieron saber las primeras generaciones de cristianos de Tesalónica lo que enseñaron los apóstoles oralmente? Sin duda ellos le preguntarían a la primera generación. Correcto. ¿Y cómo pudo saber la tercera generación? Ellos le habrían preguntado a la segunda generación.

Por consiguiente, ¿dónde nos deja eso a nosotros, decenas de generaciones después? Si usamos el sentido común, nos deja en la misma situación que a los cristianos de la tercera o cuarta generación. Es así porque nosotros tenemos el registro histórico de las creencias y prácticas de las primeras generaciones de cristianos. De hecho, la tradición apostólica está mejor certificada que otros muchos relatos históricos.

¿Qué es la tradición apostólica?

“¿Estás diciendo que a no ser que una persona lea los escritos de los primeros cristianos, no puede ser salvo o ser un verdadero cristiano?,” usted podría preguntarse. No, no estoy diciendo eso para nada. Si una persona encontrara el Nuevo Testamento en el desierto y nunca leyera nada, sino sólo este libro, ella tendría todo lo necesario para saber el camino a la salvación y tener una relación íntima y obediente con Dios. De hecho, si eso fuera todo lo que ella tuviera, estaría en una posición mejor que mucho de nosotros. Esto es porque aquella persona no tendría todas nuestras tradiciones humanas. Y tampoco tendría razonamientos preparados para ignorar la Escritura.

Permíteme tranquilizarte. Las enseñanzas o las tradiciones orales de los apóstoles no contienen doctrinas teológicas que no tengan base en la Escritura. Tampoco contienen enseñanzas morales que no sean una aplicación de lo que ya está en la Escritura. Entonces, ¿qué valor tienen? Mucho.

El principal valor y el papel de la tradición apostólica fue aclarar y explicar las cosas que estaban escritas en la Escritura. Nosotros vemos la necesidad de exponer y explicar la Escritura. ¿Crees que los apóstoles no vieron la misma necesidad? Los apóstoles no abandonaron a la iglesia a un caos de opiniones teológicas variadas, como nosotros hoy. Ellos no abandonaron a los cristianos del primer siglo en una situación en la que tendrían que adivinar cuáles enseñanzas morales debían ser aplicadas. No, la iglesia primitiva fue un cuerpo porque tenía la tradición apostólica a lado de la Escritura. La iglesia no tenía que adivinar lo que la Escritura quería decir, pues tenía las explicaciones dadas por los apóstoles.

La tradición apostólica les suplía con otra ayuda clave: el método apropiado de practicar las “ordenanzas.” Por este término, me refiero a cosas tales como el modo de bautizar, la realización de los cultos de la iglesia, los días de la semana en que debían reunirse para adorar, cómo practicar la santa cena o con qué frecuencia debía ser participada y la naturaleza y frecuencia de los ágapes o banquetes de amor. La Biblia nos da algunas pistas sobre estas cosas, pero no nos da instrucciones explícitas.

En la realidad, el problema principal no es “sólo la Biblia” versus “la Biblia más la tradición.” Al contrario, el problema es “la Biblia más la tradición apostólica” versus “la Biblia más las tradiciones humanas.” Esto se debe a que todo cristiano se adhiere a algún tipo de tradición: o es a la tradición apostólica o a la tradición hecha por los hombres. Mi diccionario define tradición como “la entrega de creencias, costumbres, etc. de manera oral de generación a generación.” En consecuencia, todo sermón que has oído es una forma de tradición. Toda porción de la literatura cristiana que has leído es una tradición extra bíblica.

Si tu iglesia tiene una posición sobre cómo armonizar Romanos y Santiago, ésa es una tradición. Si tiene explicaciones para armonizar otros pasajes bíblicos aparentemente contradictorios, también es tradición. Si tu iglesia defiende un modo particular de bautizar, o si no defiende ninguno, es tradición. Si tu iglesia participa de la santa cena cada semana, o cada mes, o cada quincena, o sólo una vez al año es porque tiene alguna tradición en cuanto a la santa cena. Aun la naturaleza y frecuencia de los cultos de la iglesia son una tradición.

Realmente no hay un camino para evitar las tradiciones. Siendo ése el caso, ¿no es simplemente sentido común intentar determinar cuáles eran las tradiciones de los apóstoles y seguirlas? Los primeros cristianos sostenían específicamente que todas sus enseñanzas, prácticas y ordenanzas les habían sido entregadas por los apóstoles. Ellos se encontraban en una posición para hacer esta afirmación. Nosotros, no.

Peculiarmente, a través de los últimos 500 años, todas nuestras iglesias se dividieron debido a problemas que tuvieron que ver con la tradición apostólica. Por tanto, ¿no es razonable hacer lo más humilde que podemos hacer: mirar el registro histórico para descubrir la auténtica tradición apostólica y luego seguirla? ¿Es quizá debido a nuestro orgullo?

Las costumbres de la iglesia

Hay otros asuntos comprendidos por la tradición apostólica que llamaremos “costumbres de la iglesia.” Estas son prácticas de la iglesia primitiva que no tienen referencias directas en la Escritura. Estoy hablando de cosas como: su conmemoración anual del día de la resurrección de Cristo, sus pinturas o tallados de la figura de la cruz en hogares y en lugares de adoración, su señal de la cruz en la frente de un nuevo bautizado, su uso del símbolo del ichthys o pescado en el arte cristiano, sus ayunos los miércoles y viernes, sus oraciones diarias a las 9:00 am., a las 12:00 m. y a las 3:00 pm., sin mencionar los tiempos no programados de oración.

No estoy insistiendo que los cristianos sigan estas prácticas que no tengan referencias directas en la Escritura. Sin embargo, estoy convencido que muchas de estas cosas, pero no todas ellas probablemente, fueron en verdad tradiciones entregadas por los apóstoles. Por ejemplo, hay un firme testimonio histórico que la conmemoración anual de la resurrección de Cristo fue una tradición establecida por los apóstoles. Los primeros cristianos la llamaron pascua.

No obstante, estamos sobre una tierra movediza cuando nuestra única razón para una práctica dada es que sea mencionado en los escritos de los primeros cristianos. Creo que el camino más sabio es simplemente seguir las costumbres que tengan una referencia en el Nuevo Testamento. Yo he visto demasiados cristianos que se desvían porque empezaron a seguir costumbres y tradiciones que no tienen una base clara en la Escritura. Si una costumbre o práctica es esencial para la fe cristiana, será mencionada en la Escritura.

El camino más seguro siempre es seguir las Escrituras de la manera más literal posible. Pero aún hay otro problema.

Notas;
49. Los términos enseñanza e instrucción en 2 Tes. 3:6 y 1 Cor. 11:2 que se encuentran en la Reina-Valera, se traduce como tradición en la versión de la Biblia en inglés New American Standard Bible. De aquí que el autor de este libro base sus argumentos en dicha traducción.

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