12
La Septuaginta olvidada

La Septuaginta fue la primera traducción griega del Antiguo Testamento. Se comenzó a traducirla más de doscientos años antes del nacimiento de Cristo. Muchas veces se lee diferente del texto masorético, el texto hebreo del Antiguo Testamento que llegó a ser estandarizado por los judíos después del año 70 d.C. Ya que la mayoría de los antiguos testamentos usados hoy en los países occidentales han sido traducidos del texto masorético, muchas de las citas del Antiguo Testamento referidas por los primeros cristianos no encajan con nuestras biblias.

Como antes mencioné, a primera vista me pareció extraño que los primeros cristianos preferían la Septuaginta, una traducción, que el texto hebreo de su tiempo. Pero, ¿cómo pude ser tan ciego frente al hecho de que también la mayoría de los escritores del Nuevo Testamento preferían la Septuaginta que el texto masorético hebreo de su tiempo? Cuando los apóstoles citaron del Antiguo Testamento, citaron principalmente de la Septuaginta. Por esta razón, sus citas frecuentemente no concuerdan con los pasajes del Antiguo Testamento de nuestras biblias.

Por ejemplo, nota este pasaje en Salmos, citado en el libro de Hebreos: “Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; mas me preparaste cuerpo” (Hebreos 10:5,6). Pero el texto masorético de Salmos 40:6 dice: “Sacrificio y ofrenda no te agrada; has abierto mis oídos; holocausto y expiación no has demandado.” Nuestras biblias no dicen nada en Salmos acerca de “mas me preparaste cuerpo.” ¿No es esto parte de la Escritura? Si no lo es, ¿por qué el escritor de Hebreos lo citó como parte de la Escritura?

Este no es el único ejemplo. Tales discrepancias entre la Septuaginta y el texto masorético son muy numerosas. De hecho, una de las enseñanzas principales del cristianismo depende de tales desacuerdos. Todos nosotros hemos leído en Mateo la cita de Isaías 7:14: “Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: ‘He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros’” (Mateo 1:22,23). Lo que me di cuenta hace poco es que el texto masorético no dice, “una virgen concebirá.” Dice, “He aquí que la joven concebirá.” Es lógico entonces que los apóstoles y sus discípulos prefirieron la Septuaginta antes que el texto masorético.

A no ser que tengas otra versión, cuando buscas Isaías 7:14 en tu Antiguo Testamento se lee “virgen” en vez de “joven.” Esto es porque los traductores han ignorado su texto masorético para conformarla a la doctrina cristiana del nacimiento virginal. Pero, ¿cuán honesto es esto? ¿Podemos ignorar la Septuaginta y catalogarla como “una traducción llena de errores;” pero entonces, cuando uno de aquellos “errores” apoya una doctrina principal del cristianismo, nos agrada y pedimos prestado de ella? ¿Estamos realmente buscando la verdad cuando hacemos algo así?

¿Está la Septuaginta llena de errores?

Durante la edad media y por muchos siglos después, los cristianos del occidente erróneamente pensaron que la Septuaginta era simplemente una traducción descuidada del texto hebreo. Muchos cristianos hoy siguen pensando así. Sin embargo, durante los 1800s, los eruditos comenzaron a afirmar que quizá la razón de las discrepancias entre la Septuaginta y el texto masorético yacía en que los traductores de la Septuaginta llevaron a cabo su traducción a partir de un texto hebreo más primitivo que derivó de un texto masorético diferente.

En 1947, cuando los eruditos se encontraban aún especulando acerca de estas cosas, un pastor árabe descubrió accidentalmente unos rollos antiguos de origen judío cerca de la comunidad Qumran en Palestina. Aquellos rollos, juntamente con otros numerosos rollos hallados más tarde en la misma región, han llegado a ser conocidos como “Los rollos del Mar Muerto” o la “Librería de Qumran.” Los textos del Antiguo Testamento encontrados entre estos rollos databan de cientos de años antes de cualquier otro manuscrito ya conocido del Antiguo Testamento. Los primeros rollos examinados fueron dos manuscritos del libro de Isaías. Los primeros informes publicados anunciaron que aquellos manuscritos eran prácticamente idénticos al texto masorético de hoy. Los cristianos evangélicos rápidamente se lanzaron a difundir dichos informes iniciales. Yo recuerdo haber leído tales informes y cómo los compartí con otros.

Sin embargo, más tarde, un estudio más serio de los rollos de Isaías, juntamente con los descubrimientos de los manuscritos de otros libros del Antiguo Testamento, revelaron que los informes iniciales no eran veraces. En lugar de vindicar el texto masorético como el texto hebreo original, los miles de ejemplares de textos del Qumran revelan que hubo diversos textos del Antiguo Testamento usados durante siglos antes de Cristo. El texto masorético representa sólo uno de aquellos textos. Desafortunadamente, los evangélicos no han sido tan rápidos para retractarse de aquellos primeros informes erróneos.

Antes bien, aquellos manuscritos confirmaron que hubo manuscritos hebreos más antiguos que textualmente concuerdan más con la Septuaginta. Por consiguiente, la Septuaginta no era una traducción espuria del texto masorético. Más bien, parece ser una traducción fiel de otro tipo de texto, un texto que probablemente sería más antiguo que el prototipo del texto masorético. Otra vez, permíteme enfatizar que las diferencias entre estos textos no afectan verdades espirituales. Ellos principalmente afectan el vocablo de numerosos pasajes del Antiguo Testamento.

El valor de la Septuaginta

Hoy día los eruditos están reconociendo cada vez más el valor de la Septuaginta y su relación con el Nuevo Testamento. Por ejemplo, el profesor George Howard indica:

Si los escritores del NT [Nuevo Testamento] fueron influenciados por el griego secular, fueron influenciados más por la Septuaginta. Sin la Septuaginta, el NT habría sido complicado para el lector contemporáneo, según B. Atkinson…

De todos modos, en las últimas décadas, ha crecido un aprecio por la influencia de los vocablos de la Septuaginta en el pensamiento del NT y esperamos más contribuciones en las investigaciones septuagintales. Consecuentemente, el debate sobre qué fuente es más importante para la lexicografía del NT, griego o hebreo, probablemente serán resueltos en términos de la Septuaginta.30

El Dr. Sven Soderlund de la Universidad de Regentes, escribe:

La Septuaginta era la Biblia para la mayoría de los escritores del Nuevo Testamento. No sólo tomaron todas sus citas de la Septuaginta, sino que sus escritos- en particular los evangelios, especialmente Lucas- contienen numerosas referencias de su lenguaje. Los términos teológicos del Nuevo Testamento, tales como “ley,” “justicia,” “misericordia,” “verdad,” “propiciación,” fueron tomados directamente de la Septuaginta y deberían ser entendidos a la luz de su uso en dicha versión.31

Otros eruditos del Antiguo Testamento expresan declaraciones similares.32

Aunque la vindicación de la Septuaginta sorprende a los cristianos occidentales, no es ninguna sorpresa para las iglesias orientales. Esto se debe a que ellas siempre han utilizado la Septuaginta como su Antiguo Testamento desde los tiempos de los apóstoles hasta el día de hoy. Las iglesias ortodoxas orientales no necesitaban esperar los hallazgos arqueológicos para apoyar la Septuaginta. La única evidencia que necesitaban era saber si la Septuaginta era la Biblia de la iglesia del Nuevo Testamento. Sin embargo, el uso de la Septuaginta no es la única bomba que nos hiere cuando leemos los escritos de los primeros cristianos.

Notas:
30. George Howard, “The Septuagint: A Review of recent Studies,” an essay contained in : Sidney Jellicou, ed., Studies in the Septuagint: Origins, recessions, and interpretations (New York: KTAV Publishing House, Inc., 1974), pp. 60,61.9
31. The international Standard Bible Encyclopedia, by S.K. Soderlund.
32. Por ejemplo, Ferdinand Hitzig, eminente crítico bíblico dijo a sus alumnos: “Caballeros, ¿tienen una Septuaginta? Si no la tienen, vendan todo lo que tienen y compren una.” E. Stauffer nos da la respuesta de por qué un hombre debe vender todo lo que tiene y comprar una Septuaginta: “…El Antiguo Testamento era la Biblia del cristianismo primitivo. Lo que los escritores del NT leyeron en el AT, se convirtió en el punto de inicio para su propia formulación de ideas…. Los escritores del NT estaban profundamente versados en la LXX (Septuaginta), en su lenguaje, en sus textos, y en sus tradiciones textuales. Esta es una base firme para tomar la LXX como una ayuda constante para entender el NT y usar principalmente el texto griego para las referencias al AT.” [Dikran Y. Hadidian, “The Septuagint and its Place in Theological Education,” the Expository Times, Vol. 76, 1964.]

Leer el proximo Capítulo --13. Otras sorpresas en la iglesia primitiva

  • volver al indice