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Lo que no preferiríamos ver en la iglesia primitiva
Recientemente estuve en una librería cristiana, cuando noté uno o dos libros concernientes a la difusión peligrosa de las “religiones orientales.” “¡Cuán increíblemente ciegos somos los cristianos del Occidente!,” pensé dentro de mí. “El cristianismo es una religión oriental.”37 Nunca seremos capaces de entender la mentalidad de los apóstoles y de los cristianos del Nuevo Testamento hasta que reconozcamos este hecho.
Rudyard Kipling escribió las palabras bastante conocidas: “El Occidente es el Occidente, y el Oriente es el Oriente; y ambos nunca se conocieron.”38 Sin duda, el pensamiento oriental es muy diferente al racionalismo occidental. La mente oriental es mucho más rápida que la occidental para entender verdades alegóricas prefiguradas por eventos históricos reales. La mente oriental a menudo cree en verdades espirituales que la mente occidental y racionalista no las comprende y las rechaza.
Otra diferencia es la tendencia occidental hacia el legalismo. La ciencia de los romanos (los cuales eran occidentales) era la ley. Su sistema legal era muy superior a cualquier otro sistema legal gentil anterior a ellos. La ley moderna usada en el hemisferio occidental está aún basada en gran medida en la ley romana. De esta manera, los teólogos occidentales han entendido las verdades del cristianismo en términos de teorías legales. La teología de Agustín sobre la salvación y la de Anselmo sobre la expiación, son ejemplos perfectos de la teología occidental, la cual reduce los planes de Dios a principios legales.
Pero si queremos entender con exactitud la Escritura, tenemos que aprender a pensar como orientales. Y no es una tarea fácil para nosotros. A menudo el pensamiento oriental de los primeros cristianos es repugnado por el lector occidental. Éste se dice así mismo enojado: “¡Esta gente no piensa como yo! Su lógica no tiene sentido para mí.” En consecuencia, rápidamente descarta a ellos y a sus escritos como extraños.
Sin embargo, los escritores del Nuevo Testamento siguieron la misma “lógica extraña” de los cristianos del segundo siglo. Si no hubiésemos occidentalizado y acomodado el Nuevo Testamento, seríamos capaces de ver aquello. Pero en esta condición, nuestros ojos se encuentran bastante cerrados al estilo del pensamiento oriental, el cual está entretejido en todas las páginas del Nuevo Testamento. Pero ya que los cristianos primitivos no han sido occidentalizados ni acomodados, inmediatamente podemos notar el estilo oriental de su pensamiento cuando leemos sus escritos.
El pensamiento oriental en el Nuevo Testamento
“¿El pensamiento oriental en el Nuevo Testamento? ¿Dónde?,” podrías preguntarte. Bueno, una persona no tiene que leer mucho el Nuevo Testamento para encontrarlo. Por ejemplo, Mateo escribió: “Y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo” (Mt. 2:15).
“¿Y qué es lo ilógico aquí?,” podrías estar pensando. Volvamos al pasaje que citó Mateo del Antiguo Testamento y verás. Su cita es del capítulo 11 de Oseas: “Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. Cuanto más yo los llamaba, tanto más se alejaban de mí; a los baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían sahumerios. Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole de los brazos; y no conoció que yo le cuidaba. Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida. No volverá a tierra de Egipto, sino que el asirio mismo será su rey, porque no se quisieron convertir.” (Os.11:1-5)
¿Era ésa una profecía acerca de Jesús? A cualquiera de nosotros nos parecería que el pasaje de Oseas está refiriéndose a la nación de Israel, no al Mesías. Aunque creo que Mateo no citaba mal esta Escritura; simplemente su razonamiento es diferente que el nuestro.
Y ése no es un ejemplo aislado. Unos versículos después Mateo describió la matanza de los infantes varones en Bethelem, y dijo: “Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: ‘Voz fue oída en Ramá, grande lamentación, lloro y gemido; Raquel que llora a sus hijos, y no quiso ser consolada, porque perecieron.’” (Mt. 2:17,18).
Otra vez, veamos lo que escribió Jeremías: “Así ha dicho Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron. Así ha dicho Jehová: Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo. Esperanza hay también para tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra.” (Jer. 31:15-17)
¿Está hablando de la matanza de los infantes en Bethelem después del nacimiento de Jesús? Parece que el contexto de esa profecía está hablando claramente de la cautividad de Israel y del retorno a su tierra. No obstante, creo que Mateo no está citando mal la profecía.
O qué de Mateo 2::22,23: “Pero oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo temor de ir allá; pero avisado por revelación en sueños, se fue a la región de Galilea, y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno.” ¿Dicho por los profetas? ¿Dónde? Por lo menos he oído tres explicaciones diferentes de este pasaje. La verdad es que simplemente no entiendo.
La verdad es que Mateo no razona como nosotros los occidentales del siglo veintiuno. “Pero Mateo era inspirado,” podrías decir; “por lo tanto, estuvo bien que él usara el Antiguo Testamento de esa forma.” En otras palabras, acomodemos el Nuevo Testamento y simplemente consideremos todos los ejemplos del pensamiento helenístico oriental como inspirados.
No obstante, no sólo nos engañamos a nosotros mismos cuando hacemos algo así. Los argumentos de Mateo eran lógicos para sus lectores del primer siglo. De hecho, el propósito de sus escritos era convencer a los judíos que Jesús era el Mesías. Él tenía que usar argumentos que convencerían a los incrédulos, personas que no aceptaban sus escritos como inspirados.
Otro ejemplo del pensamiento oriental en el Nuevo Testamento es la discusión alegórica de Pablo sobre Sara y Agar en Gálatas 4:21-31. O la cita de Pablo de Isaías 28.11 escrita a los corintios, lo cual él aplica al hablar en lenguas: “En la ley está escrito: En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo; y ni aun así me oirán, dice el Señor” (1 Cor. 14:21). Para las mentes orientales, el contexto de Isaías 28:11, casi no parecería referirse al hablar en lenguas, sino más bien a la profecía que Efraín sería llevado cautivo por los asirios. Finalmente, todo el libro de Hebreos, en el cual se habla sobre tipos y figuras proféticas, es un ejemplo clásico del pensamiento oriental.
La simple verdad del asunto es que Mateo, Pablo y otros escritores del Nuevo Testamento, no siempre pensaron como nosotros. Tampoco los cristianos del primer y segundo siglos. El razonamiento helenístico oriental de los escritores de la iglesia primitiva nos parece extraño únicamente porque hemos estado leyendo la Biblia a través de los lentes occidentales.
Y recuerda, es una calle de doble vía. Si nos parece extraño el razonamiento de los primeros cristianos, nuestro razonamiento les parecería extraño a ellos también. Desafortunadamente, los escritos del Nuevo Testamento fueron dirigidos a ellos, no a nosotros. Ellos no tienen que acomodarse a nuestra mentalidad occidental del siglo veintiuno. Nosotros tenemos que acomodarnos a su mentalidad.
Verdades espirituales de la ley
Uno de los escritos de la iglesia primitiva que leí fue la Epístola de Bernabé. Aquí encontré una detallada explicación de las verdades espirituales halladas en la ley mosaica. Por ejemplo, Bernabé escribió que la prohibición de Dios a los judíos contra el comer carne de cerdo, contenía el siguiente mensaje espiritual para los cristianos: “No te juntarás, dice, con hombres tales que son semejantes a los cerdos; es decir, que cuando lo pasan prósperamente, se olvidan del Señor, y cuando se ven necesitados, reconocen al Señor, al modo que el cerdo, cuando come, no sabe de su señor; mas cuando tiene hambre, gruñe y, una vez que toma su comida, vuelve a callar.”39
Cuando por primera vez leí esto, me reí de semejante lección espiritual “absurda” que Bernabé dedujo de las leyes dietéticas de los judíos contra el comer carne de cerdo. Pero dejé de reírme la próxima vez cuando leí las palabras de Pablo a los corintios referente al derecho de recibir apoyo material: “¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley? Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir el fruto” (1 Cor. 9:8-10).
Yo pensé en mi interior: “¿por qué nunca antes me di cuenta del significado de este pasaje? Pablo estaba sacando una verdad espiritual de la ley mosaica que yo nunca me habría dado cuenta. Y él dijo que pasajes como éste en la ley fueron escritos por nuestra causa. ¿Por qué entonces debería parecernos extraño que los discípulos de Pablo vean principios similares en la ley?” Seamos honestos. Si encontráramos tal explicación de la ley acerca de los bueyes en la Epístola de Bernabé y no en los escritos de Pablo, ¿nos reiríamos también?
Y por favor, no digas que fue correcto para Pablo hablar así sólo porque era inspirado. Pablo estaba presentando un argumento para persuadir a sus lectores. Él intentaba razonar con ellos. Una persona no razona con alguien, utilizando argumentos que no tengan sentido lógico para ambos. No, el argumento de Pablo sí tenía sentido lógico para sus lectores corintios. No dependía únicamente de la inspiración.
Gente real en un mundo real
Por favor, no me malentiendas. No estoy rechazando ni minimizando la inspiración de la Escritura. Lo que estoy afirmando es que los escritores del Nuevo Testamento fueron personas reales que escribieron a otras personas reales; todos ellos vivieron en un mundo histórico real. No era un mundo moderno, occidentalizado y acomodado. Era un mundo helenístico oriental y antiguo con sus propios patrones de pensamiento.
Hace poco, vi un autoadhesivo en un automóvil que decía: “Si Dios parece estar lejos, adivina quién se alejó: ¿Él o nosotros?” Una pregunta igualmente válida sería: “Si el cristianismo que existió alrededor del año 100 d.C. nos parece lejano y extraño, adivina ¿quién se alejó del cristianismo del primer siglo?”
Si no estuviésemos leyendo todo a través de nuestros filtros prejuiciosos, el Nuevo Testamento nos parecería extraño también. Para que esto no sucediera, hemos modernizado, occidentalizado y acomodado a los escritores apostólicos. Pues nos engañamos pensando que Juan podría entrar en las iglesias occidentalizadas del siglo veintiuno y sentirse como en casa. Al contrario, pensamos que él vería extrañas a las iglesias del segundo siglo. Ahora, ¿quién está engañando a quién?
En resumen, los escritos de los primeros cristianos hicieron más por mí que simplemente proveer evidencia histórica de cómo entendieron la Escritura las iglesias primitivas. Ellos también eliminaron la ceguera de mis ojos y los hicieron capaces de ver el Nuevo Testamento mismo. Ellos pueden hacer lo mismo por ti.
Cómo leer los escritos de los primeros cristianos
Antes que aquellos escritos puedan abrir tus ojos, tienes que acercarte a ellos con una mente abierta. Así como yo al fin me vi obligado hacer. También tienes que poner temporalmente a un lado todo lo que crees. Sólo escucha lo que ellos tienen que decir. Nadie te obligará a creer todo lo que ellos dicen. Cuando hayas terminado, tú podrás volver a tomar todas tus creencias. Yo nunca lo hice. Pero quizá tú sí. De todos modos, por lo menos debes echar una mirada honesta a la evidencia histórica.
Pero, prepárate para un viaje de regreso en el tiempo. Su cultura es la misma que la del Nuevo Testamento. La única diferencia es que nadie ha “acomodado” sus escritos por ti. No esperes encontrarlos en una cultura occidental moderna. Puesto que sus escritos no son inspirados, ellos reflejan todas las nociones científicas de su época; excepto cuando aquellas nociones entran en conflicto con la Escritura.40
Cierto individuo escribió un informe descartando a los cristianos primitivos porque algunos de ellos hacían referencia al ave fénix. Se creía que dicha ave vivía en el desierto árabe. Según la leyenda, vivía por quinientos o seiscientos años, y luego se consumía así misma en el fuego. Pero se levantaría nuevamente de las cenizas para comenzar otra larga vida. Ésta no fue una fábula inventada por los cristianos. Al contrario, fue una leyenda ampliamente creída en el mundo antiguo. Puesto que pocas personas viajaban al desierto árabe, no era fácil refutar dicha leyenda.
Naturalmente, los primeros cristianos vieron en el ave fénix una representación de la resurrección de los muertos. ¿Por qué deberíamos esperar algo diferente? Otra vez, éstas fueron personas reales en un mundo real. Por el simple hecho de ser cristianos, no significaba que estarían dotados con el conocimiento de la zoología del siglo veintiuno. Ni siquiera los apóstoles lo estaban. La única diferencia es que el Espíritu Santo no introdujo errores científicos en el Nuevo Testamento.
Cuando leas los escritos de los primeros cristianos, recuerda también que no deberías formar conclusiones definidas acerca de lo que creyó la iglesia en general hasta que hayas leído todos sus escritos. No puedes tomar la perspectiva de un solo escritor como si fuera el único representante de las creencias de los primeros cristianos. Tienes que ver lo que todos ellos dijeron.
Pero nuevamente, no son diferentes que los escritos del Nuevo Testamento. Si una persona lee solamente uno de los libros del Nuevo Testamento y asume que tal fue el mensaje completo del cristianismo apostólico, obviamente estaría en error, ¿cierto? ¿Qué si una persona leyera únicamente el libro de Santiago? ¿Tendría un entendimiento completo de la enseñanza del Nuevo Testamento en cuanto a la salvación?
Si mi único interés fuera seducirte a leer estos escritos antiguos, habría omitido los últimos tres capítulos. No dudo que las cosas expresadas en ellos, probablemente te hayan molestado un poco. De hecho, podrías estar diciendo: “No necesito los escritos de los primeros cristianos. Todo lo que necesito es mi Biblia.” Pero la verdad es que tú está usando más que solamente tu Biblia. Permíteme explicar.
Notas:
37. No estoy diciendo que no deberíamos preocuparnos por la difusión de las religiones paganas. Estoy diciendo que el cristianismo es una religión oriental también.
38. Rudyard Kipling, “The Ballad of East and West,” quoted in The Oxford Dictionary of Quotations (Oxford: University Press, 1955), p. 294.
39. Bernabé Epístola 10.
40. Donde hubo conflicto, los primeros cristianos creyeron en la Biblia más que en las teorías científicas de su tiempo. [David Bercot, Que hablen los primeros cristianos, 1989]
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